sábado, 28 de junio de 2008

Tirolina

El cuerpo pedía más aventuras, así que, aunque ayer amaneció lloviendo, nos animamos a subir a las copas de los árboles para conocer el bosque húmedo en todo su esplendor, deslizándonos por unas tirolinas a muchos metros sobre el suelo.
Celia sufrió un poco, pero al final se atrevió a pasar el último tramo ¡cabeza abajo!
Muy divertido pero muy corto... eso sí, no nos pudimos olvidar de la aventura en todo el día porque dejó un recuerdo en forma de asqueroso aroma en el pelo... ¡¡¡qué laven esos cascos por diooooooooooooossssssssssssss!!!

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