domingo, 8 de junio de 2008

¡Aúpa, Rafa!

Aquí estamos, en Melburne, empaquetando de nuevo las cosas y siguiendo por internet la final de Roland Garros, Rafa le está dando una buena paliza a Federer ¡¡qué pena no poder verlo!!

Esta noche hemos cenado en la bulliciosa Lygon St. (el barrio italiano) con Graham y Rowen y hemos recordado los viejos tiempos de los comienzos de Los Amigos, donde Graham fue el primer empleado.

Y mañana volamos por fin a Cairns, ya tenemos ganas de calorcito y playa. Nuestra nueva campervan estará esperándonos a la salida del aeropuerto.
Esta semana ha sido tranquila en la gran ciudad, que se nos ha hecho mucho más llevadera que Sydney en gran parte gracias a la hopitalidad de Alejandro, que nos ha cedido amablemente la cama de su precioso y céntrico apartamento durante estos días. ¡Gracias Ale, hemos estado como en casa!

También ha habido emociones fuertes (no podían faltar), esta vez en foma de marsupiales boxeadores y osos peluchosos, amén de un torrrrpe tropezón de la menda que resultó en un ERROR FATAL de la tarjeta de memoria de la cámara y el objetivo de la misma a la virulé, de modo que, de nuevo, SORRY, no hay fotos.
Y ya van tres cámaras y tres tarjetas de memoria en este viaje... ¡qué cruz! (y qué pastón, claro...)
El caso es que hemos hecho el famoso viaje de la famosa Great Ocean Road. Como te meten tanto miedo con que si curvas y que si precipicios, pues contratamos una excursión en lugar de alquilar un coche. ¡Ay, pajarillos! éstos no han subido a los lagos de Covadonga, ni el puerto de la Bonaigüa, ni han hecho la carreterita de Sitges... ni tampoco han bajado al volcán ese de Madeira, ni han recorrido las sinuosas alturas de la península de Otago al anochecer. Eso sí, ¡quítense el sombrero ante los genios del márketing! ya podemos ir aprendiendo a vender nuestro país... penita damos.
No hay backpacker que se precie que no se haya dejado el culo chato en un minibús Ocean Road arriba y Ocean Road abajo. Parada para ver koalas encaramados a los eucaliptos al borde de la carretera, que no se sabe si son de peluche o de verdad, porque están en la misma posición y tienen el mismo aspecto que los de las tiendas del aeropuerto. ¡Sí, son tan ricos como parecen! una monada.
Parada en varias de las espectaculares formaciones semiderrumbadas de arenisca erosionada por el mar y el viento. Precioso color rojizo de la roca que al atardecer luce sus tonos más atractivos. Corremos para atrapar el último helicóptero que sobrevuela la costa (parece que con los helicópteros nos pasa siempre lo mismo...) ¡hop! arriba!!! esta vez en un vuelo privado para las dos. Maravillosas vistas (y maravillosas fotos que no se pueden descargar de la tarjeta estropeada...).

Hemos decidido sacarnos el carné (o lo que sea) de perrito piloto de helicópteros. ¡¡¡Esto es una GOZADA!!!!

Y por la noche, tras una cena horrorosa en un sitio recomendado por nuestro desafortunado guía, confraternizamos con nuestros compis de viaje al calor de un riquísimo shiraz (variedad de vino tinto) durante las útimas horas de autobús hacia el parque nacional de los Grampians. A medida que nos acercamos al parque, ya de noche, los canguros empiezan a hacer aparición saltando como locos a la carretera o mirándonos desde las cunetas.
De pronto vemos un montón de ellos a la derecha y el conductor para el bus: hemos llegado al albergue ¡¡y los canguros cenando en la pradera de enfrente!! Por supuesto no podemos esperar y nos lanzamos linterna en mano a ver de cerca a tan maravillosos animales. SON PRECIOSOS. También son igual que en la tele, no vamos a descubrir ahora los grandes misterios del canguro, pero nos dejan boquiabiertas y encantadas con su candor y con la potencia de sus patas brincadoras.
Al día siguiente madrugamos para volver a buscarlos antes de que se retiren, vemos a una familia entera pastando entre los jardines de las casas y alrededor del campo de fútbol del pueblo. Dos de ellos se pelean dándose manotazos y patadas, igual que los niños. Llega un perro que los asusta y uno de ellos huye brincando por nuestro lado: ¡menudo ruido hace con las patas al saltar!
Da gusto verlos. Esperemos que Susana pueda editar pronto el vídeo, porque de las fotos ya hemos hecho el funeral...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡Rafa ha ganado!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡Enhorabuena campeón!!!

Melbourne

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tambien he subido por el puerto de la Bonaigua, y espero que lo que esteis viviendo sea mucho mejor que aquella experiencia tan desagradable que yo viví. Supongo que esos canguros servirán para borrar aquellos recuerdos.Aquí fresquito, yo tambien estoy deseando que venga el calorcito.
Susana.