viernes, 28 de marzo de 2008

27 marzo. Golden Coast

Aún con las emociones del vuelo frescas en la memoria nos hemos encaminado hacia la parte más septentrional de la isla sur: la Golden Coast, cuyo nombre hace referencia a la fiebre del oro desatada aquí a finales del siglo XIX, cuando acudieron los primeros pobladores para desgracia de los bosques nativos.
Y es que las suaves colinas enmoquetadas, que parecen pintadas con rotulador verde a propósito para pegar unas bucólicas ovejitas con Pritt y que tan monas se ven en El Señor de los Anillos, no son otra cosa que los restos esquilmados de unos bosques húmedos antiquísimos que se cargaron los ingleses anteayer, nada más llegar a esta isla. Eso sí, ahora hay que cuidar mucho el medio ambiente y si alguien tira una colilla en el bosque o en la playa le reprenden airados.
El caso es que tras sortear incontables kilómetros de curvas y bosques encantados (Chetwood Forest para los seguidores de los Anillos), en esta zona hemos disfrutado de las dos cosas que más nos han gustado hasta ahora: Wharariki Beach y los Waikoropupu Springs.
Golden Coast

Hasta ahora mi ránking personal de “playa más bonita del mundo” estaba encabezado por la del Vilar, en Ribeira (mal que les pese a los caribeños), pero a partir de ayer hay un nuevo líder en la clasificación: Wharariki. Será por la caminata de 20 minutos por las enormes dunas fijas, cubiertas de hierba y bosque, con las ovejas pastando impertérritas a lo largo del camino, será por el silencio sobrecogedor que te acompaña hasta que detrás de la última duna verde aparece, a lo lejos, el mar. Será por la finura de la arena, acumulada deliciosamente en forma de suaves dunas móviles que hay que atravesar, trabajosamente, hasta que por fin se llega al regalo de la visión completa de la playa desierta.
Será…Es. Indescriptible. Dan ganas de llorar.
Susana ha tenido el mérito de unir 8 fotos para dar una idea del aspecto que tiene cuando empieza a retirarse el agua. No quiero ni pensar cómo será durante la marea baja, que deja al descubierto varios arcos de roca.

Al caer la tarde y ya casi sin capacidad de disfrute disponible, tuvimos la suerte de toparnos con uno de los manantiales de agua dulce más espectaculares del mundo: 14.000 litros por segundo parecen muchos litros. Dicen que este agua es la más cristalina que existe; no sé cómo se mide eso, parece un poco ridículo imaginar a los expertos reunidos en un congreso mundial comparando sus pipetas... Pupu Springs es también un lugar sagrado maorí y los únicos afortunados que pueden tocar el agua son ellos… y los patos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

querida Elisa, estoy segura de que NZ es impresionante, pero tu forma de escribir y de acercarnos al país lo es aún más. Un abrazo para las dos. La anónima de siempre, Susana.