sábado, 23 de agosto de 2008

¿Y la tortu?

¡Un momento! Yo tengo algo que decir también. Corroboro todo lo que ha contado Elisa, pero falta una cosa, para mí el momento más sublime de esta inolvidable excursión marítima.
Ya era la última parada de la tarde, y todo indicaba que iba a ser una inmersión más con el snorkel y la máscara para despedirnos de los coloridos peces y corales del lugar. Aún cansadas de tanta agua y de tantas emociones teníamos decidido participar en esta postrera estación.
A la zona también había llegado un grupito de bañistas remando sus canoas desde la costa, nos saludan y cruzan unas cuantas frases con nuestra guía. Yo, que no controlo muy bien el inglés, creo entender que hablan otra vez de tortugas y enseguida miro a Elisa para que me confirme que estoy en lo cierto. Y sí, le veo la cara de emoción y me dice que hay una tortuga y aquí sí que podemos ir a nadar con ellas. Uf, ya estábamos de los nervios, ¡venga rápido esas aletas y ese snorkel! ¡Ay madre cómo se vaya y no la podamos ver! En esto que la guía indica cuál es la mejor zona para ver peces y anuncia a todos que en aquel otro sitio parece que han visto una tortuga. Elisa y yo ya estamos preparadas para salir las primeras a encontrarnos con ella, no vaya a ser que con el mogollón que se le avecina se asuste y se nos escape.
¡Zas! al agua y a aletear como locas, pero ¿qué pasa? si sólo vamos nosotras dos y una inglesa que nos toma la delantera.
Y entonces, uf, allí estaba nadando, con suavidad, tan bonita, pero ¡tan bonita! Mmm, buceamos con ella, a su lado, daban ganas de abrazarla pero a la vez temíamos asustarla o molestarla.Si supieras con certeza que no le sienta mal te agarrarías de su mano e irías a recorrer con ella todo el océano.
La seguimos y lo mejor de eso es que parecía como si fuera nuestra cicerone particular y de esta forma visitamos recovecos del arrecife que de otra manera nunca los hubiéramos visto. Cuánto sentí no poder filmarla con mi cámara de vídeo para poder mirarla cuantas veces quiera cuando esté en España metida tierra adentro. He intentado grabar en mi memoria una perspectiva que espero no olvidar nunca, y es la vista de nuestra querida tortu desde atrás. Os juro que parecía que volaba, tranquila y segura en esa masa de agua transparente que parecía el cielo…
Me gustaría ser su amiga y que me contara sus cosas, que me dijera si es feliz en su vida tan distinta a la nuestra…Tal vez algún día me la vuelva a encontrar y podamos volar otra vez juntas por el agua, estoy segura de que la reconoceré.
Coral Bay

2 comentarios:

Anónimo dijo...

queridas Elisa y Susana,
como sabeis, hace tiempo que no os puedo seguir debido a cuidar a mis hijos en vacaciones. Aprovecho esta corta ocasión para deciros que os habeis superado. No solo por la experiencia, tambien por las imagenes y la calidad de los reportajes. Enhorabuena. Por cierto, mi hijo dice que como habeis podido grabar a un cocodrilo tan cerca. Un enorme beso para las dos. Susana.

Anónimo dijo...

Hola chicas, aqui estoy de nuevo, he estado unos dias de vacaciones,y como solo me dedico a esto en el curro...en fin..no dejais de impresionarme.
Al resto de mirones, podiamos hacer una quedadita para ir a recibir a nuestras chicas el dia que lleguen al aeropuerto, como si de la selección de basket se tratara.....Animaos!!!
Muacks!
Pilar