jueves, 3 de julio de 2008

Conduciendo la nave nodriza por estas carreteras de dios

Algo que nos ha parecido bastante auténtico, a la par que potencialmente mortífero (mucho más que los cocodrilos o las serpientes) han sido los “Road Trains”, los trenes de carretera, inmensos camiones, de unos 50 metros de longitud, que arrastran tres o cuatro remolques, habitualmente cargados de mineral, ganado u otros productos pesados. Se bambolean bastante y como viajan a unos 100 km/h digamos que tendrían alguna que otra dificultad en frenar de repente, así que hay que cederles el paso vengan por donde vengan, bien sea que te los cruces de frente o bien que los veas aproximarse por el retrovisor.
Esta operación podría parecer sencilla en cualquier autopista, pero hay que tener en cuenta dos factores importantes, a saber:
1. Viajamos en la NAVE NODRIZA (recordemos: más de 3.500 kilos, dos salones convertibles en dormitorio, cocina, baño, Tv, trastero…) es decir, que si no fuese porque es toda de una pieza y no arrastra remolque casi podría ser considerada Road Train y merecer el respeto de que se le cediera oportunamente el paso.
y 2. en estas “carreteras” la mayor parte del tiempo sólo existe un carril. Uno sólo para ambos sentidos. No dos, no. Uno. Uno para ir y el mismo para venir. Es decir, que cederle el paso a alguien implica literalmente salirse de la carretera y lanzarse de cabeza a una cuneta polvorienta y no muy nivelada que digamos. Si uno lleva un todoterreno no pasa nada, se frena, pega unos botes y se incorpora ágilmente al asfalto de nuevo, pero hay que tratar de imaginarse a la Nave Nodriza de 3.500 kilos con su escasa capacidad de frenada y sus casi tres metros de ancho, maniobrando rápidamente cuando aparece de pronto un camionazo en lontananza para quitarse del paso. Las cinco tripulantes aguantamos la respiración, cerramos los ojos y rezamos por que el camionero de turno pueda cedernos unos palmos por si la cuneta cede bajo nuestro peso. Normalmente bendecimos la polvareda que sigue a la operación, porque eso quiere decir que seguimos vivas. Lo peor suele ser cuando el camión nos adelanta, porque el proceso puede llevar 10 ó 15 angustiosos segundos y a la polvareda final acompaña un denso y persistente olor a caca de vaca.

Estábamos tan contentas pensando que debíamos la vida a nuestra pericia conductora cuando hemos parado en una gasolinera al atardecer. Allí bebían cerveza dos chicarrones bigotudos y cuando he entrado uno se dirige a mí sonriendo: “qué, dan miedo los camiones ¿verdad?”. “Pues sí, la verdad”, le respondo (¿cómo lo sabrá este?). No os preocupéis, me dice, hace rato que voy detrás de vosotras y aviso por radio a los camiones que vienen de frente para que tengan cuidado con esa caravana tan grande que lleváis.
Me quedé de piedra.
¿Lo dices en serio?
Sí, claro, todos vienen de la mina donde trabajamos y estamos conectados por radio.

Así que no éramos nosotras, sino que teníamos a toda la carretera preocupada de nuestra integridad!!!!
A continuación se ofrecieron a escoltarnos hasta el alojamiento más próximo (a unos 130 kilómetros), espantándonos a los posibles canguros y avisándonos de los road trains que pudiesen venir.
No nos han dejado hasta la puerta misma del camping, donde se han asegurado amablemente de que estábamos “safe & sound” sanas y salvas.

Estos bushies son sorprendentes. No sé qué hubiese sido de nosotras hoy sin su ayuda.

Undara N.P.

1 comentario:

Cosme Morillo dijo...

�Hola chicas! Os dej� hace unos d�as llegando las dos a Australia, luego os envi� alg�n comentario pero me parece que algo hice mal y ahora resulta que sois cinco viajando en una nave nodriza de 3.500 kilos!!! No me sorprende que os asusten los road train, porque los conductores son gente muy maja pero necesitan un kil�metro para parar. Ah, quer�a proponeros una idea : que a la vuelta deis cursos sobre como escribir libros de viaje y me reserveis la primera plaza,porque me encanta leeros. Besos y que sigais divirtiendoos. Por cierto, he descubierto que hay otro blog que se llama "en las ant�podas" pero nada que ver con el vuestro.