Estos kiwis, que son muy listos, han colocado estratégicamente una pasarela atravesando el río para poder verlo cómodamente "en butaca de patio", a pocos metros por encima del agua. Impresiona.
Es difícil imaginarse el espectáculo de TANTA agua fluyendo furiosa por tan estrecha hendidura; va empujándose, agolpándose, desesperada por caber, con una velocidad que da miedo. Hasta cambia de color, porque de tanta pelea se llena de oxígeno y se vuelve a ratos turquesa, a ratos blanca.
Como hermoso colofón, al final del encajonamiento el agua pierde apoyo y se desploma sobre una enorme "piscina" que ha erosionado con su propia furia en un estrato más blando. Es tanta la fuerza del agua que aún muchos metros después de emerger de la cascada sigue habiendo frenesí turquesa y blanco, grandes borbotones emergen y empujan a otros que son lanzados contra las paredes donde rebotan para aplastar a otros más que habían encontrado su camino queriendo fluir hacia adelante... Uf, tanto rato estuvimos mirando y escuchando el estruendo que yo acabé con dolor de cabeza.
Hemos grabado unos humildes vídeos para ayudar a imaginarlo, pero hay que venir. Que sí, que sí, que esto hay que verlo.
Después recorrimos aguas abajo unos rápidos del mismo río, Aratiatia rapids, que se pueden ver en intervalos cronometrados: de 10 a 10:30, de 12 a 12:30 y de 14 a 14:30 .... cuando abren la presa que tienen para producir energía elléctrica; y es que aquí hacen un esfuerzo por no destruir totalmente los recursos naturales y conservar una parte (o unos tiempos) para que los turistas disfruten de ello.
Más tarde visitamos los "Cráteres de la Luna", una zona geotermal en la que el vapor de agua al salir a la superficie forma cráteres y lagunas de barro que parecen en ebullición por los gases.
Huka falls y Craters of the Moon |
1 comentario:
Encantada de ver vuestras fotos y videos, creo que eso es algo que no llegaré a ver en persona, susana.
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